Es muy común encontrar falsificaciones de joyas de oro, plata o incluso en los diamantes. A veces son joyas que en realidad son de acero y luego les dan un baño de otro material o incluso se usan materiales que por su color pueden engañar al ojo. Por eso es importante tener recursos para detectar rápidamente si tus joyas son de oro.

El oro se mide por su pureza. En joyería encontramos si el porcentaje es mayor al 75% se considera oro de Ley.

1. MARCAS Y GRABADOS

En la gran mayoría de joyas puedes encontrar una marca hecha por el fabricante en su parte interna que indica la pureza o los quilates del material. Si la joya es muy antigua puede ser que la tenga ya borrada, difuminada o incluso que en su año de fabricación todavía no se pusieran las marcas.  Para poder ver con nitidez la marca necesitarás la ayuda de una lupa o de un experto (puedes venir a nuestras tiendas y te ayudaremos a descubrir de qué materiales está hecha tu joya). 

Debes tener muy en cuenta que el hecho de encontrar la marca no implica que la joya sea de oro de forma 100% asegurada. Las falsificaciones cada vez son más realistas y muchas veces incluyen una marca similar para engañar al ojo.

2. FUEGO

Cada material reacciona al fuego de distintas maneras, algunos se queman, otros se funden y otros permanecen totalmente intactos. El oro es un material muy resistente al calor, por eso una prueba muy eficaz pero a la vez súper peligrosa es utilizar fuego para descubrir si tu joya es realmente o no de oro.

Si acercas una llama a tu joya durante aproximadamente un minuto la reacción de la joya ante el calor te dirá su composición. Si la joya está hecha de oro sólo se calentará y no se quemará pero si no lo es quedarán marcas perpetuas. Puede deteriorar mucho tus joyas si no son de oro, por lo que la mejor solución ante la duda es acercar tus joyas a la joyería más cercana.

3. TEST VISUAL

El oro tiene un color uniforme. Si la pieza está bañada puedes encontrar zonas de desgaste donde aparezca otro material distinto, si es completamente de oro no cambiará nunca de color. Ya que el oro siempre es de color oro.

Además el oro no se oxida y es hipoalergénico, no provoca reacciones en la piel ni alergias. Si alguna joya te está dando problemas, mejor comprueba sus materiales porque es muy posible que no sea de oro por completo.

4. FLOTACIÓN

Esta prueba no tiene una gran fiabilidad pero puede servir como una comprobación complementaria. Es muy sencilla de realizar: llenas un vaso de agua y metes la joya que quieres comprobar. Si es de oro se hundirá, ya que el oro es muy denso y sino flotará. 

De todos modos algunas falsificaciones también se hunden ya que llevan materiales específicos para que la densidad sea mayor y ser más convincentes.

En conclusión, lo más fiable es llevar tu joya a cualquier joyería para comprobar los materiales, pero hay ciertas pruebas simples que puedes realizar en tu casa como el test visual, la flotación y revisar las marcas. Las pruebas con fuego o ácidos son peligrosas y pueden cambiar la forma y dejar marcas permanentes en las joyas si no son de oro, por eso debes tener mucho cuidado si las realizas y ser consciente de las consecuencias que pueden ocasionar.