Hace siglos que el ser humano se pregunta como medir el tiempo. Desde que notaron el paso cíclico de la luna y el sol, comenzaron a buscar una forma de contabilizarlo.
El primer tipo de reloj fue creado en Babilonia, en el 1400 a.c y se llamaba Clepsidra o reloj del agua. Su funcionamiento consiste en calcular lo que tarda una cantidad de agua en pasar de un recipiente a otro que tenga las mismas medidas. Este sistema revolucionario e innovador para la época fue el precursor del reloj de arena (s.III).
Más tarde, los egipcios y los chinos perfeccionan el sistema, es cuando aparece el reloj de sol por primera vez. Es ahí cuando el tiempo se divide en 12 partes, aunque en aquella época las horas no tenían la misma duración. Como dato curioso, aparece también un ingenioso invento: el reloj-vela, inventado por los anglosajones y menos conocido, el cual medía el tiempo a través de las marcas de la vela y la cera que se derretía.
Los relojes mecánicos se movían con grandes pesos y solo movían una manivela, lo cual los convertía en sistemas poco exactos. Fue gracias a Huygens, el inventor del péndulo como mecanismo regulador, la incorporación del minutero a los relojes mecánicos y su mejora de confiabilidad.
Fue la Reina de Nápoles la primera en solicitar un reloj de pulsera, lleno de joyas y oro, pero simplemente era un reloj de bolsillo atado a lo demás. Los verdaderos inventores del reloj de muñeca fueron Alberto Santos Dumont y Louis Cartier en 1901. En la Primera Guerra Mundial, oficiales y soldados necesitaban medir el tiempo lo que impulsó su uso. Al volver de la Guerra ya los llevaban por costumbre en la muñeca.
En 1929,el relojero estadounidense Warren Albin Marrisson inventó el reloj de cuarzo, con un fallo de entre 30 y 0,3 segundos al año. A partir de este momento, con el paso de los años fueron evolucionando hasta llegar a lo que hoy conocemos como reloj.
El tiempo rige la vida del ser humano, tenemos relojes en todas partes, nos guiamos por el para hacer todas las tareas del día a día y para planear el futuro. Por eso hay que aprovechar cada segundo del día.